miércoles, 20 de mayo de 2015

Informe especial: narcoestética y cirugía plástica

Narcoestética y cirugías plásticas

Por: Diana Marcela Díaz Moreno  -  diana-marcela14@hotmail.com
        Alejandra Echeverri Garzón  -  alechega95@hotmail.com
        Luisa Fernanda Jaramillo García  -  lfernandajg_20@hotmail.com
        Keshya Karina Torres Bejarano  -  kari1996-12@hotmail.com





Debido a la polémica generada por el reportaje gráfico “Liposucción en adolescentes y piñatas de ‘tetas’: narcoestéticas en Colombia”, -publicado en el periódico británico The Guardian, el pasado 23 de abril- , se abrió una vez más el debate acerca de la existencia o no de la “narcoestética” (cirugías estéticas financiadas por el narcotráfico).
El fenómeno de la narcoestética comenzó aproximadamente durante los años en que Pablo Escobar tuvo su debut como el “gran narcotraficante” y como “dueño de hermosas mujeres con senos y caderas voluptuosas. Estas mujeres poseían grandes atributos gracias a que los ‘narcos’ les pagaban costosas cirugías, que les permitían mejorar sus cuerpos y ser más llamativas.

Desde que esto surgió, ha sido Medellín la ciudad catalogada de ser la cuna de la narcoestética –aunque es la tercera en el país donde se realizan cirugías estéticas-, creando un estigma que indica que las mujeres que se practican alguna cirugía plástica son financiadas por los narcotraficantes.
Según el cirujano plástico Carlos Eduardo Valdivieso Gelves, “la cirugía plástica es un método para recuperar la belleza que pierde la mujer, a través de los años o de los embarazos (…) De tal manera que la tal narcoestética no es una realidad hoy en día. Los tiempos han cambiado y ya no podemos vincular la cirugía plástica al ‘narco’ porque esa unión ya no se da”.

Igualmente, la psicóloga de la Corporación de la Mujer, Ángela María Jaramillo, dijo para el periódico Portafolio: “resulta muy desfavorable que a las mujeres antioqueñas se les asocie con narcotráfico y con formas voluptuosas, porque eso pone en riesgo muchas otras dimensiones que tenemos desde el trabajo científico, por ejemplo”, y añade que si a través de publicaciones periodísticas se comunica esa información con el argumento de que la gente debe saberlo, “propongo que se equilibre con información de que hay otro tipo de mujeres en la ciudad y el departamento”.

Por su parte, Edgar Orlando Arroyave, psicólogo y docente de la Universidad de Antioquia, dice que la gente siempre cree que la narcoestética se trata de mujeres que utilizan silicona, cirugías estéticas y plásticas para moldear el cuerpo, por lo que todos la asocian con eso y, si es así, se podría responder afirmativamente a la existencia de la narcoestética.

The Guardian: surge una vez más la llamada ‘narcoestética’

 “Cuando algo tan grande pasa en una sociedad es inevitable que afecte a todos los ámbitos de la cultura. En lo que a mi reportaje concierne, durante mucho tiempo, se implantó un modelo de belleza en el que el cuerpo de las mujeres se convirtió en un reflejo de un estilo de vida de ostentación. Eso inevitablemente afecta a toda una generación de mujeres que tomó referentes de esa cultura. En el momento actual, esa historia se encuentra diluida e impregnada en la interpretación de la belleza en Medellín. Es a esto a lo que hace referencia el término ‘narcoestética’”, respondió Manuela Henao, autora del fotorreportaje de The Guardian a una entrevista realizada por El Tiempo.

Ante este panorama, Valdivieso expresa que: “el artículo publicado recientemente en The Guardian es una irresponsabilidad total por parte de la persona que lo redactó. A mí me parece que ese artículo, además de que no corresponde a la realidad, es simplemente el uso por parte de una periodista de una serie de imágenes y de un contexto anterior para conseguir audiencias y lectores”.

La controversia generada en las redes sociales por el título, las fotos y su introducción que habla sobre las niñas de Colombia que crecen en un mundo donde son vistas como objetos decorativos y donde la cirugía plástica manda, dio pie para que varios lectores expresaran sus inconformidades con respecto a lo anterior. El internauta Mauricio690433, manifestó que este tipo de artículos demuestran amarillismo: “soy bogotano y me indigna que le den tanta trascendencia a una noticia donde quieren hacer quedar mal a las paisas. Si una mujer quiere arreglar algo de su cuerpo que no la hace feliz ¿qué problema tiene?, todos somos colombianos y no está bien que una colombiana vaya a vender una imagen que no es”.

Por otro lado, el usuario Ecanoa1950, mostró estar de acuerdo con el fotorreportaje, diciendo: “la verdad duele, duele mucho, duele más que una liposucción sin anestesia”.
La fotógrafa Manuela Henao explicó para la misma entrevista que “esa frase hace referencia de una forma cruda a que es necesario interesarse más por cómo cuidamos la integridad y la imagen de la mujer y qué referentes patrocinamos para las niñas. Considero que es de extrema importancia rechazar modelos de comportamiento como los que se exhiben en las telenovelas populares. Si se rechazara esto con tanta vehemencia como se piden explicaciones por titulares así, entonces sería una batalla ganada”.

La televisión: uno de los medios más influyentes

La televisión, que ha sido uno de los principales medios de comunicación que permiten el manejo de masas, es un factor clave donde se ha evidenciado diversas muestras de la denominada narcoestética, ya sea a través de películas o series que ahora son comunes en la programación de los principales canales de televisión.

Las principales series que han hablado sobre la narcoestética han sido: “Sin tetas no hay paraíso”, “Las muñecas de la mafia”, “Pablo Escobar: el patrón del mal”, “El capo”, donde puede verse, claramente, la influencia del narcotráfico en las cirugías que se practicaban las mujeres.

Diana Figueroa, analista de contenido televisivo latinoamericano, dijo para el programa Doble Vía que “los formatos de narcotráfico molestan a algunos televidentes”. Por su parte, la presentadora Amparo Pérez explicó que ahora hay una tendencia por hacer ‘narconovelas’ que luego son transmitidas a otros países y que muestran algo diferente a la realidad en que vive el país.

Estereotipo cultural paisa

El psicólogo Edgar Arroyave afirma que, a pesar de que las mujeres paisas son fuertes han sido oprimidas: “uno sí ve que en la cultura paisa las mujeres son sometidas a los hombres, entonces las mujeres ya sean hijas, madres, novias, esposas, abuelas, son mujeres que viven o giran en torno a los deseos de los hombres”. Además, agrega que: “las mujeres tienen un lugar subordinado al deseo del hombre y cuando se une el poder del dinero, estas se convierten en un objeto más de exhibición estética de los ‘narcos’, así como las joyas, los carros, las mansiones”.

Así mismo, Valdivieso opina que las cirugías plásticas corresponden a un tema cultural: “Eso no es tan actual, la mujer paisa siempre ha sido una mujer bonita y preocupada por su belleza, eso es muy antiguo. Créanme que yo que he leído un poco sobre la historia nuestra y entiendo perfectamente que eso era muy anterior. Nuestras mujeres siempre han sido bonitas, desde la época de la independencia y antes de eso, ellas siempre se han preocupado por su belleza y por verse mejor, en toda la historia reciente y pasada”.

Sin embargo, es evidente que las realidades sociales también influyen en el modo de actuar de las mujeres. Por ejemplo, Valdivieso dice que hay otras motivaciones hoy en día: “Existen realidades como el reggaetón que promueven volúmenes mayores en las mujeres que siguen este tipo de música y que acompañan los videos. Más tiene que ver, en estos momentos, el deseo de muchas jóvenes de operarse con el reggaetón y con esa cultura que con la cultura del narcotráfico”.

Agrega finalmente: “Yo hice cirugía plástica en Brasil y la cirugía estética hace parte de la cultura de la mujer brasilera. Todas las mujeres en Brasil quieren una cirugía estética, desde las más pobres hasta las más ricas. Así sucede en Antioquia y en Medellín, y es una cosa válida, pero no tiene ninguna relación con el ‘narco’ en la consecución de su cirugía ni en la motivación de esta”.

Liposucción: la cirugía más riesgosa

"La cirugía plástica suele ser un procedimiento seguro. Sin embargo, las personas están expuestas a riesgos que, como en toda cirugía, pueden afectar su integridad física, mental, emocional e, inclusive, su propia vida”, asegura la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP).

Valdivieso argumenta que la cirugía más peligrosa es la liposucción: “pequeña, grande, mediana, cualquier liposucción es la más peligrosa porque tiene el riesgo de producir una enfermedad llamada trombo embolismo pulmonar”, que según la página Medline Plus “es una obstrucción de una arteria en los pulmones ya sea por grasa, aire, coágulo sanguíneo o células tumorales”.

La liposucción es un tipo popular de cirugía estética, con la cual se eliminan los depósitos indeseables de grasa en exceso para mejorar la apariencia corporal y pulir los contornos corporales irregulares o deformes. Algunas veces, este procedimiento se denomina contorneado corporal y puede servir para moldear lasáreas por debajo del mentón, el cuello, los pómulos, la parte superior de los brazos, los senos, el abdomen, los glúteos, las caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas y los tobillos, información mencionada también en Medline Plus.

Hay que tener claro con qué cirujano se realizara una cirugía. Según la SCCP: “Los cirujanos plásticos para poder trabajar en Colombia deben avalar su título ante el Ministerio de Protección Social (Antiguo Ministerio De Salud). Sin embargo no es un requisito legal el pertenecer a la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva para ejercer en Colombia”.

Igualmente, la entidad afirma que para poder pertenecer a esta Sociedad es necesario avalar estos títulos y establecer una conducta ética. Por otra parte, es requisito necesario estar en un programa de educación continuada para permanecer en los listados. Estos elementos son considerados elementos importantes en la idoneidad del cirujano plástico. Cirugía plástica y cirujano plástico, no son términos intercambiables, es decir el hecho de realizar un procedimiento de cirugía plástica no implica que ese médico sea cirujano plástico.

Cirugías en menores de edad

La página web Familia y salud afirma que la adolescencia es una etapa difícil en la vida del ser humano, ya que muchos se enfrentan a problemas de autoestima, a la no aceptación de su cuerpo y su imagen personal, por buscar la aceptación de quienes rodean su eterno.
Según lo anterior, esta es una de las razones por la cuales las cirugías estéticas han aumentado en el país, más aún en Medellín donde las mujeres quieren verse  hermosas, con cuerpos esculturales, anchas caderas, pechos magnos, piel tersa, lo que significa que, a veces, hay una presión social que obliga a las mujeres a verse siempre bien, de tal forma que la mujer que no haya sido dotada con estos atributos voluminosos, naturalmente, busque operarse.

Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAP), Colombia es el sexto país donde más se realizan cirugías: 420.955 anuales y de esos el 30 y 40 % se realiza a menores de edad.

El Senador Mauricio Lizcano busca que no se realicen estos procedimientos estéticos en menores de dieciocho años. Con su proyecto de ley quiere, además de prohibir las cirugías estéticas, impedir el procedimiento de la inyección de biopolímeros. Las únicas excepciones de este proyecto serán  las cirugías que sean de reconstrucción, las de orejas o nariz y, finalmente, las que tengan que ver con el desarrollo de la personalidad de los menores.

"Uno podría especular como hipótesis que cuando un sujeto se transforma es porque no está cómodo consigo mismo, es como si hubiera una disonancia o un elemento discordante en su percepción como sujeto en términos físicos y el ideal que quiere alcanzar. La persona se siente interiorizada porque no logra ese ideal, no sé si tenga baja autoestima pero, mínimo, ese sujeto no está conforme con lo que es con su cuerpo" explicó el psicólogo Orlando Arroyave.

Para practicar una cirugía estética en menores de edad, se deben realizar los exámenes pertinentes. En caso de que algo salga anormal, se realizaran más exámenes. Se solicitará el permiso del menor de edad y, posteriormente, el de los padres de familia. Sin embargo, para Valdivieso, la cirugía plástica en menores de edad solo se realizará en caso de extrema importancia y con volúmenes moderados.

Adicción a las cirugías

Patricia García es una mujer de 37 años que se ha realizado hasta el momento dos liposucciones de abdomen, aumento mamario y una blefaroplastia -cirugía de párpados-: “Yo me realicé estas cirugías porque tenía mi autoestima muy baja. Mi primera cirugía fue el aumento mamario y me lo realicé porque al tener mi primera hija, a muy temprana edad, la lactancia disminuyó el tamaño de mis senos. Yo pienso que al uno realizarse una cirugía estética, le abre paso a la adicción de seguir haciéndose más y mejorar las partes del cuerpo con las que uno no se siente bien a lo largo de los años”.

En algunas personas, la adicción a las cirugías estéticas está ligada al trastorno dismórfico corporal, que consiste, según Arroyave, en que las personas sienten una excesiva preocupación o ansiedad porque alguna parte del cuerpo la considera, en forma imaginaria o real, como anormal o deforme. Este trastorno puede generar un deterioro social o psicológico e impedir una vida normal.

Un claro ejemplo de adicción a las cirugías estéticas, es la ucraniana Valeria Lukyanova, cuyo sueño logrado ha sido convertirse en una auténtica Barbie humana. Según ella solo sus pechos han pasado por el bisturí; sin embargo, varios medios de comunicación afirman lo contrario.

Igualmente, Lady Noriega, ex reina del departamento de Córdoba, ha pasado por el quirófano en varias ocasiones (se ha realizado procedimientos en los pómulos, nariz y boca). Esa etapa de su vida comenzó con una pequeña sutura que, al tiempo, se convirtió en una cicatriz y, para solucionarlo, se inyectó biopolímeros al lado del mentón que le daría volumen y le dejaría la piel tensa.

La mujer fue en varias ocasiones buscada por el ya fallecido narcotraficante Pablo Escobar quien le habría ofrecido como regalo, por ir a un fiesta, unos 5 mil dólares y un automóvil.

Para concluir, Valdivieso dice que: “En esa época se crea una relación de narcoestética en donde los narcotraficantes les pagaban las cirugías y ellas, a cambio  ofrecían su belleza, pero la situación ha cambiado. Hoy en día, como todos sabemos, no hay esos grandes narcotraficantes; habrá narcotráfico pero es en una escala diferente de distribución, de tal manera que la mayoría de las pacientes que un cirujano plástico como yo, opera, son niñas que están estudiando en la universidad, que trabajan en una oficina; que sus padres les pagan la cirugía o que sencillamente ellas trabajando de lunes a domingo las pagan. Ese cuento de narcoestética ya no es una realidad”.